Padecer problemas para dormir es algo normal. De hecho, es raro que un adulto no haya pasado por algún periodo de insomnio en su vida, o por uno en el que la calidad del sueño no es la mejor (en esos casos nos despertamos muy cansados).
Por suerte, hay pequeños cambios que se pueden hacer en el dormitorio con el fin de dormir mejor, algunas variaciones que van más allá de renovar el somier o el colchón.
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Tener unos buenos hábitos de higiene
Hay veces en las que, por desconocimiento, la higiene del dormitorio no es la más adecuada, en especial si hablamos de la cama. Hay que lavar las sábanas al menos una vez a la semana y también la funda del colchón (que es la gran olvidada).
Otro gran olvidado, a la hora de limpiar, es el propio colchón. Podemos buscar información sobre como limpiar un colchón en la red y aplicar esos conocimientos con el fin de que esté impoluto y libre de ácaros.
Esto lo agradecerán, en especial, aquellas personas alérgicas al polvo y a los ácaros. Estas comprobarán que su sueño es más profundo, aunque la limpieza ayuda a todo el mundo a dormir mucho mejor.
Colocar una máquina de ruido blanco
A la hora de dormir, no hay nada como que haya una situación de silencio total, pero eso no siempre es posible. Niños o bebés que hacen ruido (nuestros o de los vecinos), tráfico rodado que no para ni de madrugada, vecinos poco cívicos, etc., provocan que dormir bien sea difícil.
Si padecemos este problema, una de las soluciones es colocar una máquina de ruido blanco en el dormitorio. Esta genera un sonido que favorece un estado de relajación total y, sobre todo, ayuda a enmascarar otros sonidos muy molestos.
Son muy económicas y suelen venir con un temporizador para que se apaguen pasado el tiempo que deseemos, el cual será el que tardemos en conciliar el sueño (aunque la podemos dejar encendida toda la noche).
Usar colores relajantes
Al pintar o comprar artículos destinados a la decoración, siempre hay que tener en cuenta la coloración. Para los dormitorios conviene escoger aquellos tonos que se asocian con la relajación, como los azules o los verdes suaves.
La idea es que al entrar al dormitorio, nuestra mente entre en un estado de calma, algo a lo que parece que pueden ayudar este tipo de colores en contraposición con los rojos o similares, los cuales se asocian con la acción y la agresividad.
Comprar un buen topper si el colchón no pasa por su mejor momento
Habrá situaciones en las que el colchón tenga la culpa de que la calidad del sueño sea mediocre, pero no es posible comprar otro porque adquirir uno de calidad supone un buen desembolso.
Aquí, se puede optar por conseguir un topper, un accesorio que se pone encima del colchón y que se sujeta a este por medio de unas cintas.Aportan una capa extra de comodidad (se pueden adquirir con diferentes grosores) y son más baratos que los colchones. Así, con uno de ellos vamos a dormir mejor mientras esperamos a comprar un colchón nuevo.