Seguramente has escuchado sobre el poder de las carcajadas. Lo que da pie a la pregunta: ¿es posible morir de risa? Te sorprenderá saber que esta creencia tiene un origen realmente interesante.
Reír es una de las reacciones biológicas más reconfortantes. Y, precisamente, por tener tantos beneficios, es difícil imaginar que puede resultar todo lo contrario. Pero quizá no has escuchado de Crisipo, un personaje que le ha dado un giro a la historia y que sustenta esta teoría.
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¿Es cierto que algunas personas llegan a morirse de risa?
Aunque no es algo imposible, pocas muertes se originan por la risa. Sin embargo, algunas recopilaciones médicas indican casos de pacientes con problemas cardíacos que han muerto a causa de ataques de risa.
Además, también han ocurrido accidentes producto de las risas. Puede que haya caídas mortales, asfixias por comida, convulsiones u otros eventos inesperados.
La historia deja muestras de esto. Es así como el poeta italiano Pietro Aretino se cayó de un sillón, producto de unas carcajadas. Su mala fortuna lo llevó a la muerte, pues se desnucó.
¿Hay una explicación científica? Todo apunta a la descoordinación que se produce en la válvula que conduce al estómago con la tráquea. También se asocia con movimientos involuntarios.
¿Son peligrosas las cosquillas?
Como todo en la vida, hay un límite razonable. Si recuerdas las veces que te han hecho cosquillas, sabes que provoca movimientos involuntarios y sonrisas, pero cuando ya se exceden llegan a ser molestas.
Muchas personas tienen cosquilleos en diferentes partes del cuerpo, como la planta del pie, la axila y la caja torácica.
El placer de las cosquillas se limita a un tiempo corto. Cuando ya son intensas, pasan a ser una tortura. ¿Sabes por qué? El organismo reacciona ante situaciones de peligro, es un instinto primitivo. De esta forma, actúa en modo autodefensa ante ataques que se vuelven ponzoñosos.
Ahora bien, existe una conexión entre los receptores táctiles de la dermis y el cerebro. Así, el estímulo viaja a la corteza somatosensorial y desencadena una respuesta inmediata: es lo que produce los bruscos e involuntarios movimientos corporales.
Pero ¿cuándo se convierten en un peligro las cosquillas? Sucede cuando las reacciones interfieren en los músculos involuntarios, aquellos que controlan la respiración. El resultado puede ser asfixia o espasmos.
Además, si una persona sufre de problemas cardíacos, puede sufrir un fallo, producto del estrés que ocasiona el cosquilleo.
Y aunque se trate de casos extraños, son posibles. Representan consecuencias nefastas. Si esto, se combina con el enfado o molestia, los resultados no serían positivos.
¿Quién murió de un ataque de risa?
Ahora hablemos de Crisipo. Un popular personaje que murió, precisamente, por un ataque de risa. Fue una figura de la escuela estoica antigua, un filósofo griego.
Este personaje escribió unas 700 obras. Y su muerte fue registrada por Diógenes Laercio, uno de sus compañeros. Hay dos relatos, el primero muestra a Crisipo en estado de embriaguez, a tal nivel que se intoxicó.
El segundo relato indica que en el 208 a.C, el filósofo vio a un burro robándose sus higos, y como estaba tomado, le dio un ataque de risas. Acto seguido, según lo relatado por Diógenes, cayó al piso riendo, luego tenía un velo de espuma y temblaba incontrolablemente, el resultado fue fatal.
Crisipo sufrió una asfixia prolongada, luego perdió el conocimiento. Segundos después, llegó el paro cardíaco. Muchos se preguntan si tenía una edad avanzada. Según cuenta la historia no tenía problemas cardíacos y tampoco estaba de edad avanzada.
Otros registros nos llevan a un famoso pintor, Zeuxis, quien falleció en 398 a.C. Lo que dice la historia es que tuvo un ataque de risa al ver una pintura de Afrodita. Martín el Humano, al parecer, también murió de unas carcajadas provocadas por un bufón de la Corte.
¿Reír siempre es bueno?
Pocas revisiones bibliográficas se han realizado sobre los efectos de la risa en el organismo. Sin embargo, un profesor de farmacología Clínica en la Universidad de Birmingham (Reino Unido), Robin Ferner, hizo un estudio de la acción de la risa.
Su conclusión fue que la risa no siempre tiene efectos beneficiosos. Además, los daños pueden ser proporcionales a la intensidad producida. La explicación a esto es que la risa incontrolable puede llegar a ser perjudicial.
Claro, esto no quita el hecho de que las bondades sean más habituales que el daño. Desde diferentes enfoques médicos, la risa es capaz de producir rotura cardiaca, síncopes, problemas esofágicos, protrusión de hernia abdominal, cataplexia, asma, incontinencia, dislocación de mandíbula, entre otros efectos.
La risa supone una respuesta neural que aumenta la presión intratorácica, al presentarse una risa intensa. Además, unas buenas carcajadas podrían ocasionar daños respiratorios, sucede por tomar aire rápido e inhalar cuerpos extraños.
El sistema músculo-esquelético podría resultar afectado. Es posible que la mandíbula se desencaje o la incontinencia urinaria aparezca.