Asturias en verano: escapadas que de verdad te desconectan

El Sella en Cangas de Onís

A veces solo hace falta cambiar de aire para sentir que todo se recoloca un poco. Si estás buscando un lugar donde dejar atrás el ruido, el estrés y las prisas, Asturias en verano es un auténtico regalo. Esta tierra del norte tiene ese algo que cuesta explicar, pero se nota. Entre montañas cubiertas de verde, ríos que bajan fresquitos y una costa salvaje que te atrapa, el descanso llega casi sin querer.

Y lo mejor: no necesitas complicarte la vida. Aquí hay planes para todos los gustos, sin importar si eres de los que caminan a su ritmo o de los que buscan aventuras a tope.

Caminatas fáciles, montañas que impresionan

Lo bueno de Asturias es que no hace falta ser montañero profesional para disfrutar de sus paisajes. En cuanto llega el verano, todo se llena de vida: los prados y los árboles están en su verde más esplendoroso y hasta los animales parecen estar de mejor humor.

Si te apetece una ruta sencilla y en familia, la Senda del Oso es un planazo. Es cómoda, con vistas bonitas y hasta puedes ver osos (sí, osos de verdad, en un parque que encanta a los peques). Ahora, si eres de los que disfrutan con el esfuerzo, los Picos de Europa te esperan. Hay rutas para todos los niveles, desde paseos tranquilos hasta subidas más cañeras. Eso sí: las vistas desde arriba son otro nivel.

Además, en esta época el clima acompaña. Y con los días largos, puedes tomártelo con calma y disfrutar a tu ritmo.

El río Sella: entre aventura y calma

Probablemente hayas oído hablar del famoso descenso del Sella, esa fiesta sobre canoas que cada agosto llena el río de gente con ganas de pasarlo bien. Pero no hace falta ir ese día ni ser un deportista para vivir la experiencia del descenso del Sella en canoa.

Puedes alquilar una canoa en Asturias cualquier día y hacer el recorrido tranquilamente. Imagínate: vas bajando por el río, entre montañas, sintiendo el frescor del agua, escuchando solo los sonidos de la naturaleza. Si te apetece, paras en una playa natural, te das un chapuzón o te tumbas un rato al sol. Así, sin prisa.

El Sella tiene ese equilibrio perfecto: te da acción, pero sin agobios. Ideal para quienes quieren moverse un poco, pero también desconectar.

Playas con encanto (y sin aglomeraciones)

Después de un buen paseo o una jornada de río, nada como acabar el día en la costa. Y ojo, porque las playas de Asturias son una joya. No solo son preciosas, sino que muchas están poco concurridas, sobre todo fuera de temporada alta.

Playas como Torimbia, Barro o Cuevas del Mar son ideales para perderse un rato, tumbarse en la arena o simplemente mirar el mar sin hacer nada más. El Cantábrico aquí tiene un aire salvaje y eso te conecta con la naturaleza de una forma especial.

Y si te gusta hacer fotos, los acantilados y la luz suave del norte te van a regalar más de una postal.

Comer rico, dormir bien y sentirte en casa

Otro de los lujos de Asturias es su comida. Desde los clásicos como la fabada, el queso de Cabrales o la sidra escanciada, hasta pescados fresquísimos o platos caseros de toda la vida… aquí se come como en pocos sitios.

Y para dormir, nada mejor que alojarse en una casa rural o un pequeño hotel familiar. La gente es amable, te recibe con cariño y te hace sentir como en casa. Así no solo descansas, sino que además conoces mejor la cultura y el ritmo de la zona.

¿Por qué Asturias en verano?

Porque lo tiene todo: naturaleza en estado puro, playas, montañas, ríos, buena comida y ese ambiente que hace que todo fluya mejor. Si lo que buscas es una escapada sin complicaciones y con muchas opciones para disfrutar al aire libre, este rincón del norte te lo pone fácil.

Y si te animas a vivir el descenso del Sella, genial, será una experiencia que no se olvida: remar a tu ritmo, parar cuando te apetezca y simplemente disfrutar del momento. A veces, eso es justo lo que uno necesita.

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