Son elementos seguros que generan un gran apego entre el bebé y sus progenitores, además existen diferentes modelos y materiales que se adaptan a las necesidades específicas de cada usuario
Cuando nace un bebé las madres y padres tienen muchas dudas, sobre todo, si son primerizos. Sin embargo, a la par que el pequeño va teniendo necesidades la adaptación va ocurriendo de forma natural.
Uno de los elementos que más importan en los primeros meses de vida es el transporte del bebé. Si bien muchas personas optan por el clásico carrito, hay más posibilidades y mucho más versátiles como es el caso de los portabebés. El hecho de no necesitar espacio, no precisar un montaje, ni almacenamiento durante su transporte agiliza la libertad de movimiento y, además, se tiene un control más directo del bebé.
Existen, además, situaciones en las que los portabebés son mucho más prácticos, por ejemplo: cuando se quiere realizar una ruta de senderismo; hacer ciertos deportes pausados; ir a conciertos y eventos al aire libre, o estar en un lugar concurrido. En todos esos casos, el portabebés genera más confianza y, por supuesto, es mucho más seguro que los clásicos carritos o sillas.
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Más ventajas a la hora de usar el portabebés
Por otro lado, hay que destacar que los materiales de los que se fabrican tienen las garantías de resistencia al 100%, así como evitar rozaduras gracias a un diseño estudiado.
En esa línea, destacar que el modelo holandés de portabebés se fabrica con un proceso cien por cien sostenible. Para conseguir que las mochilas portabebés aporten la máxima confortabilidad se usan solo algodones puros y un porcentaje muy bajo de plástico durante el proceso de fabricación. Esa misma sostenibilidad se traslada al embalaje, pues el compromiso con el entorno es total.
Otra de las ventajas que tienen los portabebés es que se pueden encontrar en infinidad de estampados y colores, incluso llegando a la posibilidad de personalizarlos. En este sentido, cabe la posibilidad de combinar la mochila porta bebé incluso con la ropa y atuendos del papá o la mamá.
En cuanto a la técnica de transporte, hay que decir que es una forma ancestral de llevar a los bebés. Por tanto, fomenta la comunicación entre los pequeños y sus progenitores. Podrán sentir, también, su protección y el calor natural y las vibraciones del organismo también se conectan como simbiosis perfecta para la crianza y el desarrollo del bebé.
Una técnica de colocación del portabebé sencilla y eficaz
Una de las dudas más habituales que surgen es, ¿sabré poner correctamente el portabebés para que mi pequeño vaya seguro? La respuesta es, sí. La forma de colocar este elemento es muy sencilla y rápida. Además, no requiere de la ayuda de un tercero, por tanto, es ideal para aquellas mamás o papás que disponen de menos ayuda.
A continuación, se van a exponer los pasos que hay que seguir para que la mochila portabebés cumpla con su máxima funcionalidad. Lo primero que hay que hacer es colgar el fular alrededor del cuello y sujetarlo sobre el hombro en forma de ángulo. Después, solo hay que colocar en él al bebé listo. Otra de sus ventajas es que se pueden poner tanto por encima, como por debajo del abrigo, lo que facilita el control de temperatura según la época del año y el clima donde se viva.
En resumen, los portabebés disponen de un sistema sencillo, pero eficaz, para transportar a los más pequeños. Asegura, no solo una gran resistencia y seguridad, sino que también suponen un control total y continuado del menor. Se fomenta el apego, regula su temperatura y es posible acceder y realizar actividades que, con un carrito convencional, no es posible.
Para finalizar, decir que los materiales reciclables y naturales aportan también el confort ideal y delata un compromiso real y efectivo con el medio ambiente y la sostenibilidad.