Mudarse siempre es un gran cambio. A veces pasa que esa mudanza implica recurrir a un compañero de habitación. Se trata de una tendencia que cada vez es más común, sin embargo, esta decisión debe ir acompañada de reglas que aclaren cómo compartir los gastos entre roomies.
Si has optado por tener un compañero de techo, es importante que dejes claro algunos puntos. Te damos unos útiles consejos para que la experiencia de sea gratificante y puedan llevar las finanzas sin discordias.
Contenido de la página
¿Cómo dividir los gastos con un roomie?
Una vez tomada la decisión de vivir con un roomie, se deben dejar en claro los aspectos financieros antes de firmar el contrato de alquiler. Para comenzar, se estima que el precio de la renta no debería superar el 30% de los ingresos de cada uno.
Necesitan llegar a este acuerdo, para saber si ambos tienen la posibilidad de rentar la vivienda sin hacer sacrificios en otros gastos indispensables, como por ejemplo la comida.
Así que presenta esta idea, es la más usada al momento de compartir los gastos entre roomies. Verás que será un trato que no presentará discusiones en el futuro.
Gastos de la renta e ingresos: todo sobre la mesa
Ambos deben aclararse entre sí ciertos aspectos financieros para evitar malas sorpresas una vez que vivan juntos. Existen muchas ocasiones en las que las circunstancias no son iguales para los compañeros, por ejemplo: algunos departamentos tienen habitaciones de distintos tamaños, entonces ¿deberían pagar lo mismo?
Lo ideal es hablar cada uno de estos detalles antes de cerrar el contrato para que exista armonía entre los roomies. La clave es la honestidad en las posibilidades de cada quien.
Cada quien paga lo que obtiene: ¿Todos deben pagar el mismo monto de renta?
No sería del todo justo que quien tenga un dormitorio con vestidor propio pague lo mismo que a quien le tocó una habitación más pequeña. Ten en cuenta las características del inmueble.
Lo ideal es que sea justo, ni más grande (porque los costos se incrementan) ni más pequeño (porque puede ser incómodo).
Delegar un responsable de los gastos
Además del gasto de renta, hay más factores que incluyen estos, aquí entran los servicios e impuestos, los cuales son necesarios y que se deben pagar a tiempo.
La recomendación es llegar a un acuerdo en común para llevar a cabo esta clase de gastos. En el alquiler, debe existir un responsable de llevar dichos pagos al tiempo estimado, así se evitarán problemas y recargos por mora.
La organización y responsabilidad financiera es crucial.
Suma, divide y vencerás
Si estás un poco confundido de cómo compartir los gastos entre roomies, te recomendamos la técnica de registrar los consumos en común en un mismo lugar. Así, al final de mes, se hace una suma y el total se dividirá entre ambos.
Puedes iniciar con la lista de comida, es recomendable establecer el consumo de alimentos en común y al momento de comprarlos se aplica el método ya antes mencionado. Por supuesto, ambas personas tienen el mismo derecho sobre la comida y saber compartir es la clave.
Aunque si tú o tu compañero tienen una dieta algo costosa, en este caso es preferible que compren la comida individualmente y etiquetar los alimentos para diferenciarlos.
La idea es que todos los gastos sean registrados; existen aplicaciones que pueden ayudarte, para que al final del mes se sumen y luego se divida el resultado.
Gastos extras
No hay que olvidar los gastos extras. Esto es de mucha importancia y se debe dejar en claro desde el primer instante. Es para aquellas situaciones en las que un roomie desea algo y tú no.
Es cuestión de sentido común y respetar las decisiones individuales, y si más adelante se quiere compartir, de igual forma tener en cuenta que el gasto va por parte de ambos. Aquí es donde deben decidir cuáles gastos son comunes y cuáles no lo son.
Inventario de muebles
Es algo delicado y puede variar mucho, así que te aconsejamos que si se compran de manera individual sea la menor cantidad posible y lo estrictamente necesario. De hacerlo compartido, al concluir el tiempo de convivencia, la división de los objetos puede ser difícil.
Inicia por realizar un inventario de lo que ya posee cada uno y, de faltar algo, se realiza un acuerdo. Dejar claro si se compran de manera individual para el uso propio o se hace un gasto en común para aprovechar el mismo mueble o artículo.
Visitas frecuentes
Y no deben olvidar aclarar el tema de las visitas que puedan recibir. Para una buena convivencia tengan en cuenta este punto a tratar y sean honestos para llegar a un acuerdo que no resulte incómodo para alguno.
Cuentas claras: roomies contentos
Hablar cada uno de estos puntos es fundamental y notarás si de verdad quieres que esa persona sea tu futuro roomie. La honestidad es la base de todo; conversa antes de hacer oficial la convivencia.
Hablen de sus horarios, costumbres, comida, visitas y hasta gustos personales. Entre más detallistas sean con su estilo de vida, será más fácil llegar a un acuerdo.
Ventajas de tener roomies
Muchos conocen que la principal razón de un roomie es que será una gran ayuda para quienes buscan la independización. Porque los costos de las viviendas y apartamentos suelen ser altos y en muchas ocasiones casi imposibles de pagar.
Así que la idea de compartir los gastos resulta muy reconfortante. Además, afrontar esa etapa es mejor si se hace con alguien que busca lo mismo que tú y evitas la sensación de soledad. Y si logran una convivencia amena, el día a día se convierte más divertido, sobre todo si también comparten ideas y gustos.